jueves, 29 de septiembre de 2011

Enfadarnos nos hace felices

Es verdad, enfadarnos, cabrearnos, insultar, poner verde, agredir incluso, nos hace inmensamente felices. Quizá no tanto el arrepentirse, pero si lo hacemos -que lo hacemos todos- es porque en el fondo, nos llena de satisfacción discutir con el vecino.
Cualquier excusa vale para empezar una discusión con tu pareja si tienes ganas. Y si el que la toma contigo es quien tiene ganas, tú le sigues porque en realidad no es tan mala idea.
Nos gusta, no os engañéis. Nos gusta sentirnos liberados. Es como echar un polvo o fumar. Es como montarnos en una montaña rusa o que nos hagan cosquillas. Liberar el aire de los pulmones para sentirnos en paz con el Universo. Eso es en realidad enfadarnos. Y discutir.

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