lunes, 10 de octubre de 2011

Es más fácil de lo que parece

Que no, que no salto. Que no, que no levanto la mano. Es lo mismo.
Todos tendemos a tener pánico al hablar a ciento cuarenta personas. Para mí es la misma sensación que querer saltar al vacío. Tienes miedo, ves lo profundo que es, que te dolerá chocar pero, cuando lo haces, no hay vuelta atrás. Y, sin embargo, es lo que más deseas en este mundo. (No me malinterpretéis, nadie pretende suicidarse en condiciones normales).

Es una reflexión un poco en el aire, al igual que cuando te mantienes estático esperando a reventar tu cráneo contra el pavimento.

TODOS TENEMOS QUE SALTAR AL VACÍO, TODOS TENEMOS QUE LEVANTAR LA MANO PARA HABLAR.

Vamos, joder, Andrea, que no es tan complicado. Sólo da un paso y ya estarás rozando el suelo.